ANEXO
Viven aún en Taltal muchos descendientes de familias de chilenos que llegaron de otros lugares del país y de países extranjeros en los primeros tiempos de nuestra ciudad, que igualmente, como los ciudadanos mencionados en páginas anteriores contribuyeron con su esfuerzo y sacrificio al engrandecimiento de esta nortina "caleta".
Lamentablemente hasta la impresión de este libro no fue posible contactarse con sus familiares y obtener mayores datos biográficos de ellos, pero por lo menos quedará en vuestras retinas la imagen de ellos paseando por nuestras calles, y al leer sus nombres en estas páginas, será como un postrer homenaje por lo que ellos hicieron y un cálido saludo a sus descendientes por lo que hoy hacen.
Con la aclaración anterior a continuación mencionaré a algunos de estos inmigrantes no por el orden cronológico de su llegada a Taltal, sino por orden alfabético de sus países de origen, reiterando que el espíritu de este libro es como lo expresé al comenzar el texto, mencionar a aquellas personas que llegando como inmigrantes a esta tierra, algunos de sus descendientes todavía viven y trabajan en Taltal.
De Chile: La familia de don Maximiliano Marín, aprovechando esta oportunidad para brindar un afectuoso y respetuoso saludo a su hija, nuestra centenaria amiga Sra. Ester Marín de Labarca, recientemente fallecida, a la familia de Isaías Peña, las familias Solari, Hidalgo, Bustos, Máximo Donaire Neira, familias Rojas, Cortés, Flores, Godoy y muchas otras distinguidas familias de toda su vida en Taltal.
De China las familias de don Eusebio Tay, Alfredo Hip y Samuel Kong.
De Croacia la familia de don Mateo Matas Andreucci.Su hijo Carlos Matas Belmar, aún reside en Taltal.
De España a la familia de don Juan Geli, su hija Carmen, profesora, trabaja y vive en su pueblo adoptivo.
Como lo expresé al iniciar este libro, con seguridad es posible que no se mencionen a muchos taltalinos que cumplen con los requisitos para ser incluidos, por ser descendientes de los pioneros en la formación y desarrollo de Taltal, a ellos reitero mis más sentidas excusas, pero en su beneficio me permito manifestar que aunque no aparezcan en estas páginas todo el pueblo sabe quienes son, lo que valen y lo que quieren y han hecho por su ciudad, y tengo la certeza de que sus descendientes estarán orgullosos de ellos, me refiero especialmente a muchos mineros, pescadores, profesores, comerciantes, empleados y obreros que fueron y son "la savia" de Taltal.